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segunda-feira, 25 de julho de 2011
quarta-feira, 20 de julho de 2011
I might side with Merckel on this one...
Vecinos mal avenidos , por MANUEL ESTAPÉ TOUS
in La Vanguardia, 19/07/11, Economía 1
1.Por qué Merkel parece más el problema que la solución?
Desde el estallido de la crisis de la deuda griega, la canciller alemana se arrastra detrás de los acontecimientos. Después de los tres primeros paquetes de préstamos a Grecia, Irlanda y Portugal, el Bundestag vetó la participación de los contribuyentes en ulteriores rescates a menos de que el sector privado (bancos, aseguradoras, fondos de pensiones y de inversión... corresponsables de la montaña de deudas) asumieran parte del coste. Alemania, Holanda y Finlandia, y una mayoría abrumadora de sus opiniones públicas, no olvidan que ya salvaron a la banca de sus excesos en 2008-2009.
2.Por qué el sector privado no paga por sus errores?
Porque no lo hizo en 2008-2009 y porque ahora es aún más poderosa. La banca alemana y la francesa han prestado a Grecia sobre seguro para financiar sus compras de armas. En la partida de póquer entre acreedores y deudores los primeros cuentan con el apoyo de sus capitales y del Banco Central Europeo y la primacía se sitúa en la devolución de las deudas en los términos pactados. Ahora bien, los políticos pueden utilizar su persuasión para que los acreedores voluntariamente acepten que la deuda sea sostenible (con una quita, un interés menor y/ o un plazo más amplio). Zapatero está con el BCE, el candidato Rubalcaba, con Angela Merkel.
3.Qué quieren el BCE y el Bundesbank?
Para añadir traición al relato, el nuevo presidente del Bundesbank y ex asesor de Merkel, Jeins Weidmann, ha rechazado una reestructuración de la deuda y la emisión de eurobonos, presentándose como el defensor de los contribuyentes, algo que no le compete, y culpando a Grecia de "consumir más de lo que produce". El BCE es juez y parte, soberano para decidir qué deuda acepta como garantía y con una cartera de títulos de deuda periférica - adquiridos incumpliendo sus estatutos-cuyo valor contable quiere mantener para no perder dinero. Trichet se cura en salud. Una quiebra sería "responsabilidad de los gobiernos, no del BCE", como si no hubiera participado en la (mala) gestión de la crisis... Y cuesta justificar tipos del 4 al 6% cuando se presta a los gobiernos y del 1,5% para la banca.
4.Y las agencias de calificación de riesgos? Inexplicablemente, los extravagantes análisis sobre la solvencia del 95% de los títulos de deuda que circulan por el mundo y que se encargan de enjuiciar los 14.000 empleados de Standard & Poor´s, Moody´s y Fitch siguen tomándose en serio. Su tripolio es tan poderoso que el BCE, los bancos nacionales, la banca, los fondos de pensiones y las aseguradoras se obligan a contar con activos de máxima solvencia en opinión de las agencias (que calificaron con sus mejores notas una catarata de activos tóxicos entre 2002 y 2007 en EE. UU.). Las agencias se defienden: sus notas "son opiniones", no recomendaciones. Pero agravan las de los mercados.
5.Y el fondo de estabilidad financiera?
Recibido como la gran solución en mayo de 2010 - 440.000 millones-,no es un fondo sino una sociedad instrumental con sede en Luxemburgo - por cuestiones fiscales-que cuenta con garantías de los estados para emitir deuda de máxima solvencia para prestarla después en ulteriores rescates. Apenas ha prestado 10.000 millones. Además, no es federal: las decisiones se toman por unanimidad, hay derecho de veto. Los ministros aceptan ahora un funcionamiento más flexible, con plazos más largos y tipos más bajos. Una solución sería que el fondo prestase a Grecia para que compre sus propios títulos de deuda en el mercado secundario, donde cotizan con una quita de más del 40%, con lo cual Atenas reduciría el volumen de su deuda en similar porcentaje.
in La Vanguardia, 19/07/11, Economía 1
1.Por qué Merkel parece más el problema que la solución?
Desde el estallido de la crisis de la deuda griega, la canciller alemana se arrastra detrás de los acontecimientos. Después de los tres primeros paquetes de préstamos a Grecia, Irlanda y Portugal, el Bundestag vetó la participación de los contribuyentes en ulteriores rescates a menos de que el sector privado (bancos, aseguradoras, fondos de pensiones y de inversión... corresponsables de la montaña de deudas) asumieran parte del coste. Alemania, Holanda y Finlandia, y una mayoría abrumadora de sus opiniones públicas, no olvidan que ya salvaron a la banca de sus excesos en 2008-2009.
2.Por qué el sector privado no paga por sus errores?
Porque no lo hizo en 2008-2009 y porque ahora es aún más poderosa. La banca alemana y la francesa han prestado a Grecia sobre seguro para financiar sus compras de armas. En la partida de póquer entre acreedores y deudores los primeros cuentan con el apoyo de sus capitales y del Banco Central Europeo y la primacía se sitúa en la devolución de las deudas en los términos pactados. Ahora bien, los políticos pueden utilizar su persuasión para que los acreedores voluntariamente acepten que la deuda sea sostenible (con una quita, un interés menor y/ o un plazo más amplio). Zapatero está con el BCE, el candidato Rubalcaba, con Angela Merkel.
3.Qué quieren el BCE y el Bundesbank?
Para añadir traición al relato, el nuevo presidente del Bundesbank y ex asesor de Merkel, Jeins Weidmann, ha rechazado una reestructuración de la deuda y la emisión de eurobonos, presentándose como el defensor de los contribuyentes, algo que no le compete, y culpando a Grecia de "consumir más de lo que produce". El BCE es juez y parte, soberano para decidir qué deuda acepta como garantía y con una cartera de títulos de deuda periférica - adquiridos incumpliendo sus estatutos-cuyo valor contable quiere mantener para no perder dinero. Trichet se cura en salud. Una quiebra sería "responsabilidad de los gobiernos, no del BCE", como si no hubiera participado en la (mala) gestión de la crisis... Y cuesta justificar tipos del 4 al 6% cuando se presta a los gobiernos y del 1,5% para la banca.
4.Y las agencias de calificación de riesgos? Inexplicablemente, los extravagantes análisis sobre la solvencia del 95% de los títulos de deuda que circulan por el mundo y que se encargan de enjuiciar los 14.000 empleados de Standard & Poor´s, Moody´s y Fitch siguen tomándose en serio. Su tripolio es tan poderoso que el BCE, los bancos nacionales, la banca, los fondos de pensiones y las aseguradoras se obligan a contar con activos de máxima solvencia en opinión de las agencias (que calificaron con sus mejores notas una catarata de activos tóxicos entre 2002 y 2007 en EE. UU.). Las agencias se defienden: sus notas "son opiniones", no recomendaciones. Pero agravan las de los mercados.
5.Y el fondo de estabilidad financiera?
Recibido como la gran solución en mayo de 2010 - 440.000 millones-,no es un fondo sino una sociedad instrumental con sede en Luxemburgo - por cuestiones fiscales-que cuenta con garantías de los estados para emitir deuda de máxima solvencia para prestarla después en ulteriores rescates. Apenas ha prestado 10.000 millones. Además, no es federal: las decisiones se toman por unanimidad, hay derecho de veto. Los ministros aceptan ahora un funcionamiento más flexible, con plazos más largos y tipos más bajos. Una solución sería que el fondo prestase a Grecia para que compre sus propios títulos de deuda en el mercado secundario, donde cotizan con una quita de más del 40%, con lo cual Atenas reduciría el volumen de su deuda en similar porcentaje.
When there's no one else to screw over...
... you start earning LESS money than before...
Bank of America sufre unas pérdidas récord de 8.826 millones de dólares
Bankof America sufrió unas pérdidas récord de 8.826 millones de dólares en el segundo trimestre, debido en parte al acuerdo alcanzado en junio sobre la comercialización de bonos respaldados en hipotecas de Countrywide Financial, lo que sitúa el resultado semestral en unos número rojos de 6.777 millones. La firma sufre también el estrechamiento de los márgenes por el bajo nivel que alcanzan los tipos de interés. Por otra parte, el banco de inversión Goldman Sachs anunció una ganancia neta de 1.960 millones de dólares en la primera mitad de su ejercicio fiscal, un 48% menos que en el mismo periodo del año anterior, aunque sólo en el segundo trimestre sus beneficios se dispararon el 132%. / Agencias
in La Vanguardia, 20/07/11, Economia
Bank of America sufre unas pérdidas récord de 8.826 millones de dólares
Bankof America sufrió unas pérdidas récord de 8.826 millones de dólares en el segundo trimestre, debido en parte al acuerdo alcanzado en junio sobre la comercialización de bonos respaldados en hipotecas de Countrywide Financial, lo que sitúa el resultado semestral en unos número rojos de 6.777 millones. La firma sufre también el estrechamiento de los márgenes por el bajo nivel que alcanzan los tipos de interés. Por otra parte, el banco de inversión Goldman Sachs anunció una ganancia neta de 1.960 millones de dólares en la primera mitad de su ejercicio fiscal, un 48% menos que en el mismo periodo del año anterior, aunque sólo en el segundo trimestre sus beneficios se dispararon el 132%. / Agencias
in La Vanguardia, 20/07/11, Economia
domingo, 17 de julho de 2011
Esse Portugal que não conheço
CUADERNO DE MADRID - El Terramoto de Lisboa, by Enric Juliana
La mañana del 1 de noviembre de 1755, un terremoto de fuerza descomunal destrozó Lisboa. Nueve grados de la escala de Richter, con epicentro en algún lugar del Atlántico a unos trescientos kilómetros de la costa. Cinco minutos de temblor. Cayeron casas, palacios e iglesias, surgieron incendios por doquier, y cuando el Infierno estaba al completo, una sucesión de olas gigantes culminó la destrucción. Murieron
90.000 de los 275.000 habitantes censados. Se registraron grandes daños en Marruecos, en muchos lugares de España - mil muertos en Ayamonte-y maremotos de leyenda hasta en la Martinica. Europa quedó consternada y el filósofo Voltaire preguntó: "¿Dónde estaba Dios?" Cinco décadas después, la guillotina trabajaba a destajo en París.
Un sordo temblor vuelve a sacudir los cimientos de Lisboa y el señor Luis Bordalo me atiende con la sonrisa de siempre en su quiosco, a cuatro pasos de la plaza Camões. La sonrisa de siempre, con una tenue, muy tenue, advertencia en la mirada. Uno de esos brillos que te dicen: "Ya sé lo que estás pensando, pero no quiero que te compadezcas de mí". El señor Bordalo me saluda amablemente y me dice que piensa resistir el terremoto. "Bien, bien, estamos bien. Usted ya sabe. Vamos a aguantarlo. Hemos de trabajar sin esperar milagros. Lo importante es no esperar milagros. Poco a poco quizás la situación mejore". Me explica que están haciendo obras en la pequeña papelería que su esposa regenta en el Largo de Calháriz - también a cuatro pasos de Camões-y que una vez hayan concluido pondrán una banderola en la puerta de la tienda con un cuaderno azul portugués. Sonríe: "Hay que innovar".
El señor Bordalo y su esposa venden los más genuinos cuadernos azules portugueses. Las libretas de tapa dura con una etiqueta en el centro con las que Paul Auster construyó el argumento central de La noche del oráculo. El protagonista de la novela, recién salido de una enfermedad, no logra inspirarse si no tiene a mano un cuaderno portugués. Son únicos. Ninguno tiene el mismo número de páginas, el lomo del papel a veces está tintado y la etiqueta, pegada a mano, suele presentar una ligera inclinación; ora a la izquierda, ora a la derecha. Su belleza reside en la imperfección. La bendita imperfección de las cosas no premeditadas.
Se pueden encontrar en muchas tiendas de Portugal, pero el señor Bordalo y su esposa, advertidos de la resonancia literaria, pidieron al fabricante que les suministrara una serie exclusiva sin código de barras en la etiqueta. Para competir con los cuadernos de moda en media Europa - todos perfectamente iguales, elásticos y posmodernos-,los venden con una cinta de goma de quita y pon. Los hay de varios tamaños.
Portugal es hoy un cuaderno azul de formato largo. Un viejo cuaderno de contabilidad.
El nuevo gobierno de Pedro Passos Coelho ha implantado un impuesto extraordinario que requisará el 50% de la paga de Navidad y las calles de Lisboa no se han llenado de indignados. Hubo, es cierto, importantes protestas antes de las elecciones legislativas del 5 de junio. De hecho, los indignados nacieron en Portugal. Una convocatoria trenzada en internet sacó a la calle a la Geração a rasca el Zapatero portugués-estuvo a punto de convencer a mucha gente de que las cosas no estaban tan mal y que, con habilidad, el milagro era posible. El milagro. Una idea grata en una sociedad cuya gran fantasía sigue siendo el regreso del rey Sebastián, misteriosamente desaparecido en 1578 en la batalla de Alcazarquivir por el control del norte de África.El rey Sebastián volverá un día de entre la niebla y con él regresará el orden positivo. Finalmente, las elecciones de junio las ganó la otra pulsión portuguesa: el apego a lo concreto y el instinto de supervivencia. El señor Bordalo. Ganó el partido de la contabilidad.
El sebastianismo es imprescindible para entender el alma portuguesa. La Revolución de Abril de 1974 tuvo aires sebastianistas: los jóvenes capitanes, hartos de la guerra colonial, salieron de entre la niebla para devolver la esperanza al pueblo y la libertad a las colonias (de inmediato despedazadas, sobre todo la rica Angola, por la lucha de bloques). Una fracción del Movimiento de las Fuerzas Armadas sintió la tentación del bonapartismo de izquierda, desbordando al Partido Comunista, que no quería ir tan rápido ni tan lejos. El teniente coronel Otelo Saraiva de
Carvalho, jefe del comando de vigilancia revolucionaria, intentó implantar el sebastianismo-leninismo
(gobierno militar directamente conectado con las asambleas de fábrica, de barrio y de universidad) y por poco la cosa no acaba a tiros.
Portugal estuvo en 1975 al borde de la guerra civil. Henry Kissinger, recién acabada la faena de Chile, quería proceder a la invasión, con el apoyo de la División Acorazada Brunete que, desde Badajoz, atacaría por la espalda. Le frenó el embajador norteamericano en Lisboa, Frank Carlucci, que llegó de Río de Janeiro con una tropa de ex agentes del servicio secreto brasileño. Pidió un mes a Kissinger para frenar a los bonapartistas. Su apuesta pasaba por Bonn y Roma. Una sutil alianza entre el líder socialista Mario Soares (protegido por la socialdemocracia alemana) y la Iglesia católica (con un arraigo muy fuerte en el norte del país), desplazaría el eje revolucionario hacia un socialismo lusitano con ribetes suecos. En el horizonte: el ingreso en la Comunidad Económica Europea, el bienestar material y el consumo, bajo un Estado protector. Portugal ha vivido desde entonces una sucesión de rectificaciones. Hasta el terremoto financiero del 2011. Hasta la reaparición del cuaderno azul como instrumento de gobierno. Hasta el impuesto del 50% sobre la paga de Navidad. Hasta el intento desesperado de recaudar 1.025 millones de euros para estabililizar las cuentas del Estado y alejar Portugal de las costas de Grecia. Hasta el puñetazo en el estómago de la agencia Moody´s, hace una semana, calificando de bono basura la deuda portuguesa.
Gabriel Magalhães lo ve de la siguiente manera: "En Europa no habríamos tenido tanto Estado del bienestar sin la amenaza del colectivismo soviético. La URSS decayó porque estrangulaba la libertad y Occidente le dio la puntilla con el capitalismo popular de los años ochenta. Consumo a crédito. Ahora, atrapados por las deudas, China nos devuelve la pelota con el comunismo capitalista: una fuerza de trabajo descomunal, con disciplina, técnica y salarios bajos. Creo que estamos ante la última gran paradoja del comunismo: llegamos a tener buena seguridad social por la alargada sombra de la URSS y la veremos adelgazar por la presión de la China Popular".
Magalhães, profesor de literatura en Covilhã, en el Portugal fronterizo con Castilla, colaborador de La Vanguardia y buen observador de España (conoce el paño: se crió en el País Vasco y se formó en Salamanca), me explica Lisboa como no me la habían contado nunca. Me la cuenta desde una distancia portuguesa. "Esta ciudad tiene la ventaja de que nunca has de ir al grano. Es lenta, formal, ceremoniosa y con unos interesantes movimientos internos. Un profesor, un funcionario, un médico, un diputado... llega de provincias y se instala en un barrio alejado, con la esperanza de acabar residiendo en el centro, que es donde está el Poder. Lisboa vive de estos continuos movimientos de aproximación".
Estamos en la gran plaza de Comercio, contemplando el estuario, cuyas olas lamen una lánguida escalinata e invitan a seguir el paseo por encima de las aguas, prodigio evangélico acaso reservado al rey Sebastián, que en esta misma balaustrada fue filmado en el 2004 por el gran Manuel de Oliveira. O Quinto império se llama la película.La tarde es brumosa y la agudeza de Magalhães invita a pensar, a ir más allá. Além. Além.Quizás estamos ante el fin de un ciclo que se inició precisamente en Portugal, en 1974. La ola democratizadora del sur de Europa - parecida a la que ahora está surgiendo en el norte de África-puso en riesgo el statu quo mundial cuando Estados Unidos comenzaba a vencer la guerra fría. En aquel momento fuimos el centro del mundo. Los riesgos de desestabilización del flanco sur de la OTAN fueron contrarrestados con una muy buena oferta: democracia, liberalidad en las costumbres, ingreso en el Mercado Común y consumo a crédito. Hubo, al menos, dos condiciones: no molestar demasiado a la agricultura francesa y desmantelar la industria obsoleta. La industria de punta era asunto de los alemanes y, en menor medida, del norte de Italia. Luego vino la especulación inmobiliaria, el dinero a raudales, los delirios de grandeza - sobre todo en España-,los trenes de alta velocidad entre Toledo y Albacete, y, ahora, estamos donde estamos. En vez de entregarnos a la jeremiada sobre los mercados - ¿en qué momento de la historia la economía no ha condicionado la política?, ¿en qué momento?-,el pensamiento crítico sobre lo que está ocurriendo debería contemplar todo el arco 1974-2011. Hay que reexaminarlo.
España no es Portugal, se dice a modo de conjuro. No, no. Controlemos el miedo. España sí es Portugal. En Portugal empezó la ola democratizadora del sur de Europa - gracias a la perseverancia democrática de Italia desde 1948, todo sea dicho-y de nuestros hermanos portugueses podríamos aprender la modestia, sin la cual el futuro español puede ser un infierno. La modestia del señor Bordalo - "vamos a trabajar sin esperar milagros"-,que muestra un cuaderno azul con los ribetes de la etiqueta algo movidos. Una bella libreta imperfecta.
in La Vanguardia, Domingo, 17/07/11, Politica
La mañana del 1 de noviembre de 1755, un terremoto de fuerza descomunal destrozó Lisboa. Nueve grados de la escala de Richter, con epicentro en algún lugar del Atlántico a unos trescientos kilómetros de la costa. Cinco minutos de temblor. Cayeron casas, palacios e iglesias, surgieron incendios por doquier, y cuando el Infierno estaba al completo, una sucesión de olas gigantes culminó la destrucción. Murieron
90.000 de los 275.000 habitantes censados. Se registraron grandes daños en Marruecos, en muchos lugares de España - mil muertos en Ayamonte-y maremotos de leyenda hasta en la Martinica. Europa quedó consternada y el filósofo Voltaire preguntó: "¿Dónde estaba Dios?" Cinco décadas después, la guillotina trabajaba a destajo en París.
Un sordo temblor vuelve a sacudir los cimientos de Lisboa y el señor Luis Bordalo me atiende con la sonrisa de siempre en su quiosco, a cuatro pasos de la plaza Camões. La sonrisa de siempre, con una tenue, muy tenue, advertencia en la mirada. Uno de esos brillos que te dicen: "Ya sé lo que estás pensando, pero no quiero que te compadezcas de mí". El señor Bordalo me saluda amablemente y me dice que piensa resistir el terremoto. "Bien, bien, estamos bien. Usted ya sabe. Vamos a aguantarlo. Hemos de trabajar sin esperar milagros. Lo importante es no esperar milagros. Poco a poco quizás la situación mejore". Me explica que están haciendo obras en la pequeña papelería que su esposa regenta en el Largo de Calháriz - también a cuatro pasos de Camões-y que una vez hayan concluido pondrán una banderola en la puerta de la tienda con un cuaderno azul portugués. Sonríe: "Hay que innovar".
El señor Bordalo y su esposa venden los más genuinos cuadernos azules portugueses. Las libretas de tapa dura con una etiqueta en el centro con las que Paul Auster construyó el argumento central de La noche del oráculo. El protagonista de la novela, recién salido de una enfermedad, no logra inspirarse si no tiene a mano un cuaderno portugués. Son únicos. Ninguno tiene el mismo número de páginas, el lomo del papel a veces está tintado y la etiqueta, pegada a mano, suele presentar una ligera inclinación; ora a la izquierda, ora a la derecha. Su belleza reside en la imperfección. La bendita imperfección de las cosas no premeditadas.
Se pueden encontrar en muchas tiendas de Portugal, pero el señor Bordalo y su esposa, advertidos de la resonancia literaria, pidieron al fabricante que les suministrara una serie exclusiva sin código de barras en la etiqueta. Para competir con los cuadernos de moda en media Europa - todos perfectamente iguales, elásticos y posmodernos-,los venden con una cinta de goma de quita y pon. Los hay de varios tamaños.
Portugal es hoy un cuaderno azul de formato largo. Un viejo cuaderno de contabilidad.
El nuevo gobierno de Pedro Passos Coelho ha implantado un impuesto extraordinario que requisará el 50% de la paga de Navidad y las calles de Lisboa no se han llenado de indignados. Hubo, es cierto, importantes protestas antes de las elecciones legislativas del 5 de junio. De hecho, los indignados nacieron en Portugal. Una convocatoria trenzada en internet sacó a la calle a la Geração a rasca el Zapatero portugués-estuvo a punto de convencer a mucha gente de que las cosas no estaban tan mal y que, con habilidad, el milagro era posible. El milagro. Una idea grata en una sociedad cuya gran fantasía sigue siendo el regreso del rey Sebastián, misteriosamente desaparecido en 1578 en la batalla de Alcazarquivir por el control del norte de África.El rey Sebastián volverá un día de entre la niebla y con él regresará el orden positivo. Finalmente, las elecciones de junio las ganó la otra pulsión portuguesa: el apego a lo concreto y el instinto de supervivencia. El señor Bordalo. Ganó el partido de la contabilidad.
El sebastianismo es imprescindible para entender el alma portuguesa. La Revolución de Abril de 1974 tuvo aires sebastianistas: los jóvenes capitanes, hartos de la guerra colonial, salieron de entre la niebla para devolver la esperanza al pueblo y la libertad a las colonias (de inmediato despedazadas, sobre todo la rica Angola, por la lucha de bloques). Una fracción del Movimiento de las Fuerzas Armadas sintió la tentación del bonapartismo de izquierda, desbordando al Partido Comunista, que no quería ir tan rápido ni tan lejos. El teniente coronel Otelo Saraiva de
Carvalho, jefe del comando de vigilancia revolucionaria, intentó implantar el sebastianismo-leninismo
(gobierno militar directamente conectado con las asambleas de fábrica, de barrio y de universidad) y por poco la cosa no acaba a tiros.
Portugal estuvo en 1975 al borde de la guerra civil. Henry Kissinger, recién acabada la faena de Chile, quería proceder a la invasión, con el apoyo de la División Acorazada Brunete que, desde Badajoz, atacaría por la espalda. Le frenó el embajador norteamericano en Lisboa, Frank Carlucci, que llegó de Río de Janeiro con una tropa de ex agentes del servicio secreto brasileño. Pidió un mes a Kissinger para frenar a los bonapartistas. Su apuesta pasaba por Bonn y Roma. Una sutil alianza entre el líder socialista Mario Soares (protegido por la socialdemocracia alemana) y la Iglesia católica (con un arraigo muy fuerte en el norte del país), desplazaría el eje revolucionario hacia un socialismo lusitano con ribetes suecos. En el horizonte: el ingreso en la Comunidad Económica Europea, el bienestar material y el consumo, bajo un Estado protector. Portugal ha vivido desde entonces una sucesión de rectificaciones. Hasta el terremoto financiero del 2011. Hasta la reaparición del cuaderno azul como instrumento de gobierno. Hasta el impuesto del 50% sobre la paga de Navidad. Hasta el intento desesperado de recaudar 1.025 millones de euros para estabililizar las cuentas del Estado y alejar Portugal de las costas de Grecia. Hasta el puñetazo en el estómago de la agencia Moody´s, hace una semana, calificando de bono basura la deuda portuguesa.
Gabriel Magalhães lo ve de la siguiente manera: "En Europa no habríamos tenido tanto Estado del bienestar sin la amenaza del colectivismo soviético. La URSS decayó porque estrangulaba la libertad y Occidente le dio la puntilla con el capitalismo popular de los años ochenta. Consumo a crédito. Ahora, atrapados por las deudas, China nos devuelve la pelota con el comunismo capitalista: una fuerza de trabajo descomunal, con disciplina, técnica y salarios bajos. Creo que estamos ante la última gran paradoja del comunismo: llegamos a tener buena seguridad social por la alargada sombra de la URSS y la veremos adelgazar por la presión de la China Popular".
Magalhães, profesor de literatura en Covilhã, en el Portugal fronterizo con Castilla, colaborador de La Vanguardia y buen observador de España (conoce el paño: se crió en el País Vasco y se formó en Salamanca), me explica Lisboa como no me la habían contado nunca. Me la cuenta desde una distancia portuguesa. "Esta ciudad tiene la ventaja de que nunca has de ir al grano. Es lenta, formal, ceremoniosa y con unos interesantes movimientos internos. Un profesor, un funcionario, un médico, un diputado... llega de provincias y se instala en un barrio alejado, con la esperanza de acabar residiendo en el centro, que es donde está el Poder. Lisboa vive de estos continuos movimientos de aproximación".
Estamos en la gran plaza de Comercio, contemplando el estuario, cuyas olas lamen una lánguida escalinata e invitan a seguir el paseo por encima de las aguas, prodigio evangélico acaso reservado al rey Sebastián, que en esta misma balaustrada fue filmado en el 2004 por el gran Manuel de Oliveira. O Quinto império se llama la película.La tarde es brumosa y la agudeza de Magalhães invita a pensar, a ir más allá. Além. Além.Quizás estamos ante el fin de un ciclo que se inició precisamente en Portugal, en 1974. La ola democratizadora del sur de Europa - parecida a la que ahora está surgiendo en el norte de África-puso en riesgo el statu quo mundial cuando Estados Unidos comenzaba a vencer la guerra fría. En aquel momento fuimos el centro del mundo. Los riesgos de desestabilización del flanco sur de la OTAN fueron contrarrestados con una muy buena oferta: democracia, liberalidad en las costumbres, ingreso en el Mercado Común y consumo a crédito. Hubo, al menos, dos condiciones: no molestar demasiado a la agricultura francesa y desmantelar la industria obsoleta. La industria de punta era asunto de los alemanes y, en menor medida, del norte de Italia. Luego vino la especulación inmobiliaria, el dinero a raudales, los delirios de grandeza - sobre todo en España-,los trenes de alta velocidad entre Toledo y Albacete, y, ahora, estamos donde estamos. En vez de entregarnos a la jeremiada sobre los mercados - ¿en qué momento de la historia la economía no ha condicionado la política?, ¿en qué momento?-,el pensamiento crítico sobre lo que está ocurriendo debería contemplar todo el arco 1974-2011. Hay que reexaminarlo.
España no es Portugal, se dice a modo de conjuro. No, no. Controlemos el miedo. España sí es Portugal. En Portugal empezó la ola democratizadora del sur de Europa - gracias a la perseverancia democrática de Italia desde 1948, todo sea dicho-y de nuestros hermanos portugueses podríamos aprender la modestia, sin la cual el futuro español puede ser un infierno. La modestia del señor Bordalo - "vamos a trabajar sin esperar milagros"-,que muestra un cuaderno azul con los ribetes de la etiqueta algo movidos. Una bella libreta imperfecta.
in La Vanguardia, Domingo, 17/07/11, Politica
quinta-feira, 7 de julho de 2011
Portugal vs. Agências de Rating, round 56789 ???
A página do Moody's foi usada por Portugueses para passar a mensagem:
http://economia.publico.pt/Noticia/cidadaos-portugueses-usam-site-da-moodys-para-mensagem-provocatoria_1501890
A sério, vê, já era merecido!
http://economia.publico.pt/Noticia/cidadaos-portugueses-usam-site-da-moodys-para-mensagem-provocatoria_1501890
A sério, vê, já era merecido!
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