in La Vanguardia, Opinión, viernes (25/02/11)
¿Se descompone Italia?
A penas un breve en los diarios: una mujer violada en el centro de Roma y otra en el parque de Villa Borghese. No ocurrió en la selva ni en un poblado ignoto, sino en una ciudad europea. Hay descomposiciones súbitas y laudables, como las actuales de las dictaduras africanas, y las hay paulatinas y tristes. La Italia de Berlusconi se va hundiendo en la descomposición desde hace quince años, al ser incapaz de oponerse a un primer ministro que ha manejado las leyes a su favor. Todo escándalo financiero ha sido soterrado, hasta que el más aparatoso de los escándalos sexuales ha despertado la ira, en especial por parte de las mujeres.
Una pregunta reiterada a lo largo de estos años ha sido: ¿cómo es posible que el pueblo italiano vote a un hombre como Berlusconi? Aparte de que una amplia minoría no lo hace, lo común es aducir que la mayoría lo elige porque querría ser como él. Rico, poderoso, lúbrico y viviendo al margen de la justicia. Quizás no sea una explicación totalmente equivocada.(NT: opinión compartida por mis 3 amigos italianos del hospital, en distintas conversaciones...)
Quienes hayan viajado recientemente a Roma habrán podido constatar que en los autobuses nadie paga el billete, salvo los turistas en las primeras ocasiones. Y habrán comprobado que en muchas de las pizzerías y otros restaurantes populares la cuenta se entrega escrita a mano en un papel cualquiera, y sin IVA, naturalmente. Incluso hay dueños que se limitan a presentar una suma total, sin más. El turista suele ser complaciente, no quiere discusiones. En todo caso, se pregunta cómo es posible que Italia continúe siendo un país más próspero que algunos de su entorno.
Debe de ser mérito de un pueblo avispado, imaginativo y trabajador, mas ¿hasta cuándo es dable funcionar entre corrupción, burdeles famosos y carencia de dignidad?
Resulta significativo que hayan tenido que ser las mujeres las que hayan alzado la voz definitiva contra Berlusconi. Y lo es que, si al fin ha de responder ante los tribunales, sea por sus juergas con chicas y no por otras causas que tiene abiertas. Las relativas a un imperio empresarial entre el cual destaca un poder mediático que, por lo visto, es eficaz en manipular la voluntad de los votantes.
Mientras, dos mujeres son violadas en las calles de Roma, y si eso no hace surgir un clamor estentóreo será otra muestra contundente de descomposición. Ojalá Italia reaccione, tan hermosa, tan culta, tan histórica.
E. SOLÉ, socióloga y escritora
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